Con pendientes en seguridad, ordenamiento del comercio, carencias en servicios públicos y adeudos a agremiados a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, rindió su informe el alcalde priista, Fernando Zamora Morales.

Hubo cierre de calles desde las primeras horas de 1 de diciembre, manifestaciones, protestas y un fuerte operativo de seguridad antes y después del informe se desplegó en las inmediaciones del Teatro Morelos, donde el presidente municipal presumió sus logros en su primer año de gobierno en Toluca.

Previo al evento oficial hubo un gran desfile de figuras públicas que poco a poco fueron llenando los 2 mil 400 espacios en el recinto ubicado en el corazón de la ciudad antes de la llegada del gobernador, Eruviel Ávila Villegas, que fue el gran invitado a la fiesta del profe Zamora.

Mientras, todo transcurría con festejos y algarabía en el renovado inmueble de espectáculos donde se coreaba el nombre de los mandatarios estatal y municipal, con porras de “invitados” que abarrotaron el lugar al viejo estilo del partido tricolor tanto que no faltó la banda del chile frito.

Sobre la calle Independencia, hasta donde el cerco policiaco y las vallas metálicas lo podían permitir, un grupo de personas que achacan falta de pagos a la administración en obras que se han ejecutado o están en proceso mostraron pancartas para exigir a la autoridad liquidar el adeudo.

Hace unas semanas, el presidente de la CMIC, Ismael Martínez Martínez, dio a conocer que el Ayuntamiento de la capital mexiquense tiene una deuda de unos 55 millones de pesos a empresas afiliadas, siendo uno de los que más les deben y no tenía voluntad para cumplir el pago.

Los trabajos que el ex líder magisterial no quiere cubrir tienen que ver con edificaciones, urbanización de vialidades, guarniciones y banquetas, agua potable, drenaje, entre otras que siguen en proceso, pero simplemente no quieren ser cubiertas por la autoridad municipal.

Mientras se realizaba el discurso y presunción de los avances, pobladores protestaban en las calles por inconformidad con la gestión, como la desaparición de la Ecozona, nulo impulso a Huizi; en las pancartas se observaban con leyendas parodiando el lugar “Teatro de lo Absurdo”.

Un grupo de los conocidos como golpeadores estuvo rondando la zona para amedrentar a las personas que mostraban pancartas, incluso se presentaron diversos jaloneos que casi terminaban en golpes pese a la presencia de elementos municipales y estatales en todo el sitio.