Con cincel, martillo y papel, el señor Jaime Martín Pérez conserva la tradición  del papel picado, parte fundamental de  la cultura mexicana, principalmente para adornar las ofrendas de muertos.

En la comunidad de Santa Isabel Chalma, don Jaime, en su taller artesanal, realiza el papel picado con gran esmero y dedicación  martillazo tras martillazo, con los cuales va dando forma a los papeles multicolores que posteriormente adornaran algún espacio de nuestro México.

Lleva 25 años de trabajo que lo han convertido en uno de los principales productores de esta artesanía del Estado de México, la cual se vende en muchas papelerías, tiendas y centrales de abasto del país.

Tras la idea de crecer y ser alguien en la vida, en entrevista, don Jaime refirió que trabajaba con familiares de su esposa, quienes esporádicamente picaban papel, pero luego inició su propio negocio, que en principio no era muy fructífero ya que no conocía el mercado ni todas las técnicas.

Actualmente, diez familias dependen del negocio de don Jaime, quien aun de forma artesanal realiza el papel picado además de arreglos florales, portadas para iglesias, figuras de unicel y todo tipo de adornos para cualquier tipo de eventos sociales.

Jaime utiliza papel china como materia prima para sus obras de arte, con el cual  crea la idea,  traza y empieza cortar con los cinceles de diferentes tamaños y formas, para darle forma a sus vistosas creaciones.

«Inicié con unos cuantos cinceles y un poco de papel, pero con mi esfuerzo y dedicación he logrado tener más de 30 productos en el mercado, por lo que me atrevo a hacer lo que el cliente quiera”, señaló don Jaime.