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La alegría de Michelle, de 17 años de edad, se apagó y su mirada luce triste luego de que fue violada por un sujeto en un terreno baldío, al llevársela cuando esperaba la combi para regresar a su casa después de salir de la escuela, cerca de la autopista México- Pachuca, entre los límites de las colonias La Esmeralda y Ojo de Agua, hecho por el que las autoridades han hecho caso omiso para ayudarlas y realizar la investigación para localizar al agresor, que temen ya haya abusado a otras mujeres en ese lugar.
El pasado 5 de diciembre, vestida con el uniforme escolar que consta de una falda color gris oscuro, blusa y calcetas blancas, chamarra de mezclilla y zapatos negros, cargando su mochila, Michelle, la chica alegre, había salido del bachillerato antes de las 21:00 horas, por lo tarde que era ya no pasaba transporte público directo hacia su domicilio y tomó una pesera que la dejó en el entronque de las avenidas Bulevar Ojo de Agua y Santa María Guadalupe, cerca del Aurrerá de Gallineros, sin imaginar que su vida cambiaría en un instante.
Con su mochila cargando, refirió que se encontraba en la parada para tomar el segundo transporte rumbo a su hogar, pero muy callada y triste, tomó aire y continuó la plática.
Sin embargo, un solitario hombre le llegó por la espalda, y con una pistola recordó que le dijo “‘dame tu celular’, le contesté que no traía, me dijo que no hiciera nada, me abrazó, dijo que caminara con él y que no quería que gritará, que no se trataba de un secuestro».
Al estar relatando lo que pasó, su madre, al escucharla, comenzó a llorar, pero Michelle, seria, aun asustada y en voz muy baja comentó: «me llevó a un lote baldío, con hierbas, cerca de la autopista México-Pachuca, donde recuerdo hay un espectacular, siempre amenazándome con la pistolas, primero sacó todas mis cosas de la mochila, comenzó a tocarme, traté de defenderme, pero rompió un botón de mi blusa, me volteó y me dijo que le hiciera caso, si no quería que me disparara y que me pusiera de rodillas, aunque volví a moverme e intentar defenderme, me cubrió la cabeza con mi mochila».
El individuo de complexión media, moreno, que vestía pantalón de mezclilla, sudadera azul marino con letras amarillas y gorra que cubría parte de sus ojos, de alrededor de 40 años, con barba, le alzó la falda y comenzó a quitarle un short que estaba muy apretado de la cintura, y la menor que se encontraba bocabajo, trató de impedirlo, pero no lo logró y el malviviente la violó.
Haciendo pausas al hablar, aguantándose las ganas de llorar, Michelle, quien quiere ser arquitecta, narró: «al terminar, el hombre, se levantó y me dijo que no me levantara y no gritara, que para que me pudiera ir esperara diez minutos y que si veía que volteaba me iba a disparar».
Al dejar pasar un rato y ya no escuchar sus pasos sobre las hojas secas, la colegiala, asustada y llorando, se paró y comenzó a levantar sus útiles que estaban regados en el lugar, los metió en la mochila, dándose cuenta que su celular se lo había llevado el violador, explicó que aunque se sentía mal por lo lastimada que la dejó, caminó hacia la parada para poder pedir ayuda.
«Un señor me vio que casi no podía caminar y me preguntó que qué me había pasado y le expliqué algo de lo sucedido, me quería prestar su teléfono para que hiciera una llamada, pero estaba tan mal que no recordaba el número de mi mamá, por lo que me dio dinero y se esperó conmigo a que llegará la combi de las que llevan letreros Real del Cid Urbi o Real del Sol, para que yo pudiera irme a mi casa».
Indicó que al llegar a su hogar, ubicada en Ojo de Agua, en muy mal estado y lastimada le platicó a su madre lo que le había pasado quien de inmediato llamó a una patrulla que las trasladó a la fiscalía de Tecámac.
Ahí comenzó otro martirio porque no contaban con médico legista y se tuvieron que trasladar a San Cristóbal, en Ecatepec, donde tuvieron que esperar hasta las tres de la madrugada para que fuera revisada.
Tras esa situación, se trasladaron nuevamente al Centro de Justicia de Tecámac, para que de mala gana empleados de esa dependencia le realizarán su denuncia, a la que hasta la fecha no le han dado importancia y solo les dijeron que dejaran pasar ocho días y regresaran para saber cómo iba la investigación que quedó registrada con NUC: ECA/ECA/TEC/082/271803/17/12 y NIC:ECA/TEC/MPI/074/01262/17/12, con fecha 6 de diciembre del año en curso.
Aunque la madre de la víctima les insistió que verificarán las cámaras de video que están instaladas en el puente de la vialidad dónde se suscitaron los hechos y están conectadas al Centro de Mando, en el MP, le contestaron que no tenían tiempo, porque ella no era la única que tenía problemas.
Al regresar a su hogar, su esposo muy molesto le dijo que no podían esperar porque las imágenes grabadas se podrían borrar con el paso de los días, por lo que volvieron a regresar a la fiscalía y exigieron les realizarán un oficio para que se revisarán los vídeos.
Fue así que primero la madre de la afectada pasó a una gasolinera que estaba cerca del lugar, donde la dejaron ver los vídeos, pero desgraciadamente no se abarcaba hasta la zona de los hechos.
Mientras, la cámara que está colocada en el puente tampoco tenía los hechos grabados, porque en ese momento había enfocado hacia otro lado, por ser de las que giran.
Además, intentaron rastrear el celular, sin tener éxito, por lo que los agentes de la fiscalía insistieron que como no tenían más pistas, solo seguirían investigando,
Ante esta situación, por el miedo que tiene de salir a la calle, Michelle no se ha presentado a la escuela y su mamá se presentó a hablar con los maestros para informar lo que había pasado y le permitieran faltar por un periodo, con el objetivo de que sus estudios no se vean afectados.
Explicó que al otro día de los hechos la enviaron al hospital de Las Américas para checar su estado de salud y que le realizaran todos los estudios correspondientes, porque el violador, aseguró, no utilizó preservativo.
La joven madre aclaró que solo un policía de investigación llevó a la víctima al lugar de los hechos, solo para realizar la narración de lo que le pasó, sin la presencia de algún perito para verificar o buscar alguna huella que hubiera podido dejar el violador.
La madre hizo hincapié en que se negaron a sacar huellas de la mochila y ahora en la fiscalía de Tecámac les dijeron que ellos ya no se harán cargo del caso, que se trasladara a San Cristóbal, donde le darían un oficio para que en Texcoco comiencen con las averiguaciones.
Fue el día de ayer que la víctima, por primera vez, se presentó a recibir terapias psicológicas, en el hospital de Las Américas, y fue a las afueras del nosocomio, que con el rostro lleno de nostalgia y sin mostrar ninguna sonrisa durante una entrevista, dio a conocer la tragedia que vivió.
Por ello, temen que ante la falta de presencia policiaca en ese lugar, otras jovencitas también hayan sido abusada sexualmente por ese sujeto, y por miedo o pena no hayan denunciado, por lo que exhortan a que se atrevan a hacer su denuncia, porque no pueden dejar que ese violador esté libre y siga haciendo daño, destrozando la vida de más mujeres.
Han pasado ya diez días y con el argumento de que con los pocos datos que tienen del sujeto no pueden realizar una investigación, solo la traen dando vueltas de un centro de justicia a otro, sin que nadie pueda ayudarlas, por lo que exigen que se haga justicia porque el sufrimiento que está atravesando Michelle por la agresión sexual de la que fue víctima ahora es un dolor que vive toda la familia.